Las focas nos tienen miedo; los leones marinos no. Las focas no tienen orejas; los leones marinos, sí. Aparte de esto, poco más sé sobre como distinguirlos... pero sí puedo afirmar que ver a las primeras dando de mamar a sus crías, o a los segundos saliendo del mar mientras damos un paseo por la playa es una experiencia única y feliz.
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