jueves, 29 de octubre de 2015

Headspace


No soy una gran meditadora, la verdad - me distraigo con mucha facilidad, la cabeza me va a mil por hora y nunca encuentro el momento. Pero me encanta Headspace, y casi todos los días, en el metro o paseando por la ciudad, escucho la hipnótica voz de Andy Puddycombe (con ese apellido estás destinado a hacer algo importante), y aunque sólo sea durante unos minutos, respiro hondo, dejo la mente en blanco y siento verdadera paz interior. Luego hay que volver a la jungla, vale, pero se vuelve de otra manera.



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